The People of Gibraltar

1625 - Alonso Hernández del Portillo - Libro Cuatro 

Fernando IV and Don Enrique de Guzman, segundo Conde de Niebla
Basco Pérez de Neyra and Diego el Curro
Mohammad XII of Granada and Juan de Guzman, Conde de Medina Sidonia
Juan Ponce de Leon, Count of Arcos and Gonzalo de Ávila 
Rodrigo Ponce de Leon, Marquez de Cadiz and Mahomad Cabá 
Don Pedro de Zúñiga and Rodrigo de Rivera
Pedro Suarez and Martin de Sepúlveda
Juan Alonso de Mesa and Suezo Barquez
Pedro de Porras, Alcaide and Esteban de Villacreces
Pedro de Vargas and King Sebastian I of Portugal
Phelipe I el Hermoso and his wife, Juana la Loca
Juan de Beltrán de la Cueva, Conde de Ledesma

Libro Cuarto 
En el Cual se Prosigue la Historia hasta que Gibraltar se Ganó a los Moros la Última Vez.

Los señores de la casa de Medina han pretendido siempre tener cierto derecho a esta ciudad fundada en razón militar;  porque como vimos, estando el Rey Don Fernando IV sobre Algeciras envió sus gentes sobre Gibraltar y con ellos venia, debía de ser caudillo mayor, como se decía en aquellos tiempos a los generales o Maestres de Campo, Don Alonso Pérez el Bueno, primer fundador de la casa de  Medina tan valeroso caballera, así en África adonde hizo grandes hechos en gobierno y armas, y mató la sierpe ayudando a el león que peleaba con ella, la cual añadió a sus armas, como en Castilla en lo de Tarifa, de que están las historias llenas.


Gibraltar (A) from the east  ( 1567 - Anton Van Den Wyngaerde )

Este Caballero con la gente que el Rey Don Fernando el IV le dió ganó a Gibraltar y perdiose como vimos, siendo aquí Alcaide Basco Pérez de Neyra,  en tiempo de Alonso XI; y aunque el rey vino dos veces para recobrarlo no tuvo efecto su deseo.

Torre de Don Alonso
Tengo para mí que este señor para ganar a Gibraltar hizo la torre que llaman de Don Alonso, que está a caballo sobre la torre de la Calahorra; y no el Rey Don Alonso, pues no se dice en su historia.

En este tiempo pues pareciéndole a Don Enrique de Guzmán segundo Conde de Niebla, que por lo otro y por ser nieto del Rey Don Enrique segundo a quien como descendiente del Rey competían las conquistas de las ciudades, le era le era debida en alguna manera a él la empresa de ganar Gibraltar por haberla ganado Don Alonso Pérez de donde el descendía, y  por tenerla tan cerca de su señorío.

Para esto hizo una armada en su estado y en la Andalucía  juntola en su Ciudad de Sanlúcar en el año 1436 con la cual vino a cercar a Gibraltar  y estándola combatiendo por parte de la mar engañadlos los nuestros por lo mucho que por allí  mengua la mar y no acordándose más que pelear , creció la mar con su acostumbrada creciente de manera de manera que la gente no podíamenear las armas. Turbándose todos en gran manera, cosa que espanta, pues  toda la más gente venía de tierra donde sin comparación son mayores las mareas que en esta. Viéndose pues los cristianos apretados de mar y Moros y  yéndose el Conde a recoger sus navíos, los suyos con grandes clamores lo llamaban y suplicación los recibiese en aquella su barca. 

Seventh Siege of Gibraltar
Muerte del Conde de Niebla
Vencido el Conde de su  nobleza y con piedad cristiana mandó virar y volvió a recogerlos, mas fueron tantos los que cargaron en aquella barca donde el Conde iba que él y ellos se anegaron y ahogaron a vista de su armada y de los muros de Gibraltar, como lo Juan de Mena - Spanish poet  at the court of Castile -  y otros autores con mas brevedad fuera del adorno poético que aquí va, pues ni aun el tiempo precioso en que una cosa tan grandiosa y notable como esta sucedió no lo declaran ni se nombran Capitanes ni caminos ni otras muchas cosas muy necesarias para la historia y gusto de ella; con la misma brevedad e oscuridad dicen que muerto el Conde ahogado en la mar como se ha visto su armada se levantó y se fue, y asimismo su hijo Don Juan de Guzmán que estaba combatiendo la Ciudad por tierra.


Juan de Mena offering Juan II his most famous work - Laberinto de la Fortuna  ( 1509 Jorge Coci )

Eighth Siege of Gibraltar
La Reconquista - or the retaking of the Iberian peninsula from the Moors - took nearly 800 years to achieve. Portillo's lengthy account of the Eight Siege of Gibraltar goes some way to explaining why on earth it took the Christian forces quite as long.

La Reconquista - The Battle of Cantigas de Santa Maria  ( 13th Century - Unknown )

Ganóse Gibraltar día de San Bernardo 
Quedaron los Moros de Gibraltar victoriosos de esta vez, como de la pasada, y con la injusta posesión de esta Ciudad hasta el tiempo del Rey Don Enrique IV que fue Dios servido de sacarla de un tan largo cautiverio y que  ganósen los cristianos la ultima vez año de 1462 viernes 20 de Agosto día del bienaventurado San Bernardo, a quien esta ciudad tiene por Patrón y Abogado celebrando con gran solemnidad su fiesta cada Año que la tiene votada, así en lo espiritual con Procesión General, sermones y Misa, en los cuales actos se halla todo el Regimiento de Regidores y Jurados, y demás Oficiales con su Corregidor y Alférez mayor, y con el estandarte de la Ciudad, fiesta de juego de cañas, toros y otras invenciones tales que merezcan ser vistas de la gente de la comarca, como de ordinario las vienen a ver; pues este año dicho de 1462 se ganó Gibraltar de esta manera a los Moros.


Saint Bernard of Clairvaux - Patron Saint of Gibraltar from 1462 ( Unknown )

Un Moro vecino de Gibraltar llamado Ali el Curro, movido por Dios, se vino a la villa de Tarifa y se tornó cristiano, el cual hablo con el Alcaide Alonso de Arcos, que entonces lo era de aquella villa, y le dio a entender como si se disponía para ello ganaría a Gibraltar y de tal manera y con tales demostraciones lo supo persuadir que el Alcaide le pareció ser cosa posible lo que este cristiano nuevo decía, que ya se llamaba Diego el Curro. Para esto con acuerdo de sus caballeros le pareció hacer la expedición y acometer un tan arduo y honrado hecho.

Consideraba la mucha honra que en ello ganaba, y mucho provecho que se le sequia, la grandiosisima importancia que era y el gran servicio que a Dios y al Rey y a estos Reinos se siguiera, si Gibraltar ganasen a los Moros.

Sabía bien el buen Alonso de Arcos que el glorioso y honrado fin que se alcanzaba en los actos militares está en tomar presto resoluciones  en ellos y con gran diligencia ejecutarlos, como ya queda dicho arriba donde puse por ejemplo a Julio Cesar, que se pudiera poner muchos más como de Alejandro el Magno, el gran Tamorlan, que pareció rayo del cielo por la celeridad con que sujetó todo el Asia y gran parte de la Europa.

Esta dirigencia tuvo aquel Tarif, Capitán de los Árabes que conquistó a España que parece que hombres a pie y sin embarazo de ejército no pudieran en tan poco tiempo andar tanta tierra, cuanto más ganar de camino tantas Ciudades.

Contrario vicio de estas virtudes de resolución y diligencia es en la guerra y aun en cualquiera acto humano la perplejidad y tardanza; bien sabido esto en aquello Reyes de Persia, Xerres y Dario, y aun de este vicio en nuestros días culpan al Rey Sebastián de Portugal y su consejo por la cual vimos el efecto que tuvo, y por no hacer tanta digresión y cumplir con la brevedad prometida, se dejará está y diré como nuestro Alcaide Alonso de Arcos después de haber tomado resolución de venir sobre Gibraltar, juntó la gente de guerra que estaba a se cargo y dejándola bastante en su fuerza, sacó ochenta de Caballo y ciento y ochenta peones, y salió aquella noche de Tarifa, y vino a Gibraltar aquella misma noche. 


King Sebastian I of Portugal who died in battle in 1578 at Battle of Alcácer Quibir , through rashness rather than procrastination ( 1575 - Alonso S. Coello )

Cruzó sin ser sentido, y repartió su gente por la forma que Diego el Curro le había mostrado aquella mañana. Salieron de la Ciudad tres Moros atajadores cuyo oficio es describir el campo; luego fueron estos presos, y puestos a tormenta cada uno sin ver al otro, confesaron todos tres una misma cosa. 

Dijeron que todos los principales de la ciudad, así a pie como a caballo eran idos a Granada y a Málaga a recibir un rey que de Castilla les había venido llamado Mulley Mahomad - Mohammad XII of Granada - con favor del Rey Don Enrique y que la Ciudad estaba sin gente que pudiese defender, solo el hombre que aquí había de cuenta era Mahomad Cabá. Con esto el Diego del Curro muy alegre dijo al Alcaide; debéis Señor conocer, y estimar la merced de Dios os hace, y como ha sido verdad cuanto yo he dicho.


Abu 'Abdallah - Boabdil to the Spaniards was officially known as Muhammad XII of Granada  . . and 'el chico' ( Unknown )

Es cierto que lo que los Moros tienen que guardar en el Castillo y Ciudad es mucho y muy gran sitio, y ellos muy pocos, como habéis entendido, y aun esos que hay son inútiles para la guerra; por eso disponeos para ganar tan noble ciudad y hacer un tan señalado hecho y gran servicio a dios y a tal Rey y tanta honra para vuestros sucesores.

Entendido y visto todo por el Alcaide escribió a gran diligencia a los Pueblos de la comarca Jerez, Medina y toda la gente de las fronteras, al Conde de Arcos, Don Juan Ponce de Leon  que estaba en Marchena y a Don Juan de Guzmán Duque de Medina Sidonia: y era la sustancia de las cartas que él estaba sobre Gibraltar y que vinieron ellos luego aquí no a pelear, sino a ganarlo; que si el hallara con poca más gente, según era la ocasión, lo ganaría.

Conde de Arcos, Don Juan Ponce de Leon  ( unknown )

Recibidas las cartas los primeros que vinieron fueron los de Arcos y Medina, Veguer, Alcalá de los Gazules y Castellar,  y otro día siguiente el Pendón de Jerez con cuatrocientos Caballeros  y mucha infantería: y venía por su Capitán Gonzalo de Ávila su Corregidor.

Antes que llegasen los de Jerez ya se había dado un asalto a la Ciudad a persuasión del Alcalde Alonso de Arcos, que era la persona que con mas fervor y brío acudía a la ofensa de esta Ciudad, a lo cual se le debe todo lo mas de la honra de este hecho, pues por el por su destreza, valor y diligencia, se ganó esta Ciudad .

El asalto fue muy bravo por mar y tierra, hubo muchos muertos y heridos por ambas partes y los Moros tomaron dos barcas de los nuestros; con todo eso fue mayor el daño que ellos recibieron, como luego se pareció.

Después de este asalto entrando los nuestros en consejo hubo diversidad de pareceres; algunos decían que  pues con aquel tan bravo asalto los Moros no se habían rendido antes de tendidose bravamente, por la cual mostraban estar más apercibidos de lo que se decía, se debía volver cada uno a su tierra y a aguardar mejor tiempo para esta expedición.Otros tuvieron lo contrario, y decían ser cosa vergonzosa apartarse de allí sin tomar la Ciudad, pues tan buena gente y tanta se había allí juntado, y esperaban mucha mas de cada día.

Diego del Curro 
Llamose a Diego del Curro a consejo, el cual insistió y perseveró en su primera opinión; y dijo y aseguró al Alcaide Alonso de Arcos y a lo demás Caballeros presentes que con la gente que allí estaba y con el grueso socorro que se esperaba que ya caminaba, si otro solo asalto a la Ciudad se diese sin duda la tomarían. 

Estando en esta diversidad de opiniones y confiriendo sobre ellas, Dios que hacía este,  negocio como se vio fue servido que saliese un Moro, que hizo fuga de la Ciudad, el cual se vino a los nuestros y les dijo como los Moros estaban muy temerosos de que se les diese otro asalto, porque en la Ciudad había muy poca gente y de esta que había se provecho en el asalto pasado del día antes habían muerto muchos, y estaban muchos mal heridos; y que si la Ciudad se volviera a combatir, sin duda la tomarían; con la cual nueva se alegraron mucho los nuestros.

Sabido en la Ciudad la fuga que había hecho este Moro se tuvieron por perdidos , creyendo que este Moro diría la necesidad y estado en que quedaban; por eso acordaron de enviar su embajador a los Alcaides cristianos que allí estaban para rendirse con ciertas condiciones que dieron por escrito, en las cuales se contenía en suma que dándoles libertad a ellos sus mujeres e hijos y facultad para irse libremente con todos sus bienes al Reino de Granada y pagándoles todo el valor de los que se dejasen, que no podían llevar consigo, así de mantenimientos, como de otras cosas, ellos entregarían la fuerza y Ciudad dentro de cuatro días, que pedían de termino para sacar sus mujeres e hijos y haciendas.

Los Alcaides les respondieron gratamente alabándoles su resolución, pero que ellos eran de diferentes señores por que había allí algunos  que eran del Rey, otros de otros señores Duques y Condes y sin consultarlo con sus Mayores no podían tomar determinación n cosa tan ardua.

 Dióselos a estos Moros buenas esperanzas para todo lo que pedían. Con esta respuesta se volvieron los Moros a la Ciudad muy contentos por la afabilidad y apacible humanidad que en los nuestros hallaron, cosa para los vencidos en su desventura de gran ventura, hallar a los enemigos benévolos y fuera de toda fiereza e inhumanidad y para los vencedores de gran prudencia e importantísima para ir ganando y conquistando otros, como en las letras Divinas  y hermanas? hay muchos ejemplos; basta solo el blasón que traían los Romanos conquistadores del mundo; 

Romanorum est paresere subjectis et debelare superbos; de los romanos es perdonar a los sujetos y conquistar a los soberbios; y otras muchas historias de estas y otras gentes, y no acaban los autores sagrados y profanos de alabar esta virtud, clemencia y benignidad.

Don Rodrigo Ponce de León llega a Gibraltar
Vueltos a nuestra historia, estando las cosas en este estado los Moros consolados en su desventura, los nuestros contentísimos por tener casi ya la Ciudad rendida, llegó Don Rodrigo Ponce de León, hijo del Conde de Arcas, que fue el famoso Marqués de Cádiz, tan respetado y temido de los Moros y Cristianos , y uno de los mejores caballeros y Capitanes que se hallaron en la conquista del Reino de Granada con los Reyes Católicos, donde tanto valió su prudencia, como su lanza; y fue tan importante en toda aquella expedición lo uno como lo otro, como todo es muy notorio.  

Este señor llegó aquí como se ha dicho este día con trescientas lanzas muy a la ligera y con toda diligencia, dejando el Conde su padre en Arcos que por venir flaco no quería caminar tanto. El Alcaide de la Ciudad de Arcos sabida la venida de Don Rodrigo, y su gente salieron del ejercito y fueron a recibirlo y juntarse con él. 

Con esta gente rehízo su escuadrón Don Rodrigo, y fue de numero 450 de a caballo. Antes que Don Rodrigo llegase a los alojamientos les salieron a recibir los Alcaides y Caballeros que allí estaban. No puedo dar más paso sin quemarme mucho de quien se encargó en escribir este hecho en no nombrar a los alcaides y demás Caballeros que se hallaron aquí en la recuperación de esta Ciudad, pues es cierto que muchos de los Caballeros principales que hoy en esta Ciudad viven traen su origen y dependencia y otras muchas gentes antiguas de aquellos, las cuales son naturales de esta Ciudad.


Marques de Cádiz, Rodrigo Ponce de León    ( Unknown )

No solamente oscureció los nombres tan debido de nombre, sino los hechos señalados que hicieron, y así a mi me perdonaran los presentes, pues por culpa ajena están olvidados los pasados. Como se ha dicho estos Caballeros que aquí en Gibraltar estaban, hicieron muy por extenso relación a Don Rodrigo de lo que les había sucedido sobre el cerco de Gibraltar y de la manera a que tenían puestos a los Moros y de todo lo demás hasta aquel punto.

Don Diego habiendo bien entendido y penetrado con su prudencia quiso llegar a la Ciudad para reconocerla, verle el sitio y disposición que tenia, por donde y como se le podía batir, acometer y asaltar, y las demás cosas que se consideran en semejantes actos, y llegó hasta las puertas de la ciudad.

Los Moros como vieron aquella gente tan cerca de sus puertas dieron grandes alaridos a su usanza, preguntando que gente era la que tan cerca y confiada se les llegaba a sus puertas? Fuelos respondido  que era Don Rodrigo Ponce de León hijo mayor del Conde de Arcos. Alegrándose los Moros de esto, entendiendo que no llegaría aquí otro señor mas de este, y con el negociaron su entrega a su voluntad.

Para esto le pidieron seguro para venir a hablarle. Don Rodrigo sed lo concedió por la venida y vuelta a la Ciudad; de la cual luego salió Mahomad Cabá y otros cuatro de los Moros mas principales con él, y hechas sus cortesías a la Morisca usanza, y alcanzado licencia para hablar, le dijeron; 
Señor, a Dios ha placido que esta Ciudad haya venido a término que os la hayamos de entregar lo cual haremos otorgándonos los capítulos que a los Caballeros que antes de vos vinieron pedimos.
Don Rodrigo respondió; 
yo he visto esos capítulos que no puedo otorgar porque el Conde, mi Señor y padre, estará aquí esta noche o mañana a mas tardar, y así mismo el Señor Duque de Medina Don Juan de Guzmán que son parientes, amigos y confederados, y es razón que ambos reciban la honra de la toma de esta Ciudad. Lo pediré por merced a los otros señores que os concedan cuanto pedís; volveos a la Ciudad, y advertid que si acordaremos combatiros, no estéis confiados en este seguro mío, que no fue para más de conoceros y hablaros. 
Con esta respuesta se volvieron los Moros muy tristes a la Ciudad, y Don Rodrigo se volvió a sus alojamientos.


Coat of arms of the Dukes of Medina Sidonia in their house in Huelva showing the two pillars of Hercules and the Non Plus Ultra legend

Los Caballeros de Jerez que habían acompañado a Don Rodrigo, cando iba a reconocer la Ciudad, no les quisieron acompañar a la vuelta; antes con su Corregidor Gonzalo de Ávila se llegaron a la Ciudad, y Gonzalo de Ávila habló con Mahomad Cabá y diole;  que bien había entendido lo que había pasado entre Mahomad y Don Rodrigo el cual era Caballero mancebo, orgulloso y deseoso de ganar honra y no aguardaba más que viniese el Conde su padre para combatirlos, tomarles la Ciudad por fuerza sin ningún concierto ni trato; y ellos habían de quedar cautivos y esclavos con sus mujeres e hijos, y que ahora antes que esto sucediera tenían tiempo de remediarlo si le diesen a él aquella puerta y las torres de ella, y que él y los Caballeros que con el estaban la defenderían y meterían dentro la infantería de de Jerez  que allí  tenían, y cumpliría con ellos todo cuanto habían pedido  firmísimamente.

Los Moros oído esto quedaron espantados y muy atemorizados y en gran perplejidad. Dábales mucha priesa el Corregidor con sus blanduras, temores y promesas, mostrabales el peligro en que estaban, sise tardaban en abrirle la puerta y tanto les supo decir que le abrieron las puertas al momento y los Caballeros se apearon para entrar.

Hubiera Gonzalo de Ávila negociado muy bien y con mucha honra hubiera ganado esta Ciudad, y quedándose con ella, si Don Rodrigo no fuera tan vigilantisimo soldado  y prudente Capitán que se volvía poco a poco y fue avisado de lo que los Caballeros de Jerez hacían, que era apearse, que en esto lo erraron, sino entrar a caballo, que si lo hicieran, sin duda, se quedaran con la Ciudad. (?) visto el pleito que Gibraltar trata con Tarifa sobre los términos de Algeciras respuesta de la Ciudad de Jerez, en que dice que ella ganó a Gibraltar y pasó como lo digo y se irá diciendo, y no de otra manera.

Avisado pues Don Rodrigo volvió las riendas y a todo correr llegó a la Ciudad a tiempo que pudo entrar tan presto como los Caballeros de Jerez, y antes que se pudiesen apoderar de ella y en poco espacio tomó las torres y mandó poner sus banderas en ellas y sobre la puerta.

Visto esto los Moros fueronse huyendo a la fortaleza, y la gente de Don Rodrigo hirió o murió algunos de ellos, y cautivaron algunas Moras y Moros viejos y ganaron muchas hoyas y se apoderaron de toda la Ciudad.  Don Rodrigo mandó poner guardias y eligió sitios con gente para tener cercada y sitiada la fortaleza porque  de ella no recibiesen daño los nuestros
.
Ganada la Ciudad por Don Rodrigo con tanto valor y destreza los Caballeros de Jerez y los  demás del ejercito se vinieron todos a Gibraltar, y le pidieron a Don Rodrigo los mandase alojar dentro pues habían estado tanto en el campo a las inclemencias del cielo, donde habían sufrido y pasado mucho trabajo. Don Rodrigo se lo concedió y abriéndoles las puertas de la Ciudad, y alojáronse todos dentro.

De allí escribieron a muchas partes el feliz suceso, y enviáronlo a decir al Rey, y a Sevilla y a Córdoba y a todos los lugares comarcanos ; y como esta nueva llegase a el Duque, que ya venía camino con su hijo Don Enrique y con Don Pedro de Zúñiga su yerno, diose mayor priesa y envió delante dos Caballeros de su casa llamados el uno Rodrigo de Rivera y el otro Pedro Suarez a Don Rodrigo haciéndole saber el contento que habian tenido de la victoria que Dios los había dado.

Rogábalo afectuosamente tuviese por bien de entretenerse en la toma de la fortaleza hasta que llegase; y los dichos dos caballeros cuando llegaron con esta embajada del Duque, Don Rodrigo les respondió; Que como quiera que la fortaleza se le daba, como ellos bien veían, a el le placía entretenerse hasta que el Duque viniese, y luego mandó aprestar cincuenta hombres a caballo, con las cuales salió a recibirlos.

Llegó el Duque a la Ciudad y hechos sus cumplimientos y cortesías por ambas partes Don Rodrigo contó al Duque todas las cosas pasadas desde que allí llegó, dijole que el Conde su padre le había mandado que hiciese todo lo que su señoría el Duque le ordenase, y le obediese en todo como a su propia persona, y que por esto aunque la Ciudad se la entregaba luego, como a ella llegó, el no la había querido recibir, esperando la venida de su Señoría y la del Conde su padre, y que le sucedió tal ocasión que le fue forzoso tomarla, como la tomó. 

Pidió le por merced que en la toma de el castillo  se entretuviese hasta la venida del Conde su padre, lo cual tenían a merced porque todos tuviesen parte en la honra, lo cual entre ellos así quedó acordado. Ya queda dicho que cuando Don Rodrigo entró en la Ciudad luego lo escribió al Conde su padre dándole razón en la forma que la había tomado. El Conde envió aquella misma carta al Rey, por lo cual supo primero que otro de la Corte la tomase Gibraltar. El Rey y todos los que lo supieron dieron muchas gracias a Dios por tan señalada merced.

Fue opinión de algunos, aunque falsa, que hecho el concierto entre Don Rodrigo y el Duque, aquella noche envió el Duque a hablar con los Moros a Martin de Sepúlveda haciéndoles saber que si mas esperaban a rendirse, todos quedarían cautivos y sus bienes perdidos; mas si les diesen la fortaleza, el los tomaría en su protección y amparo, y no consentiría que se les hiciese agravio  en cosa alguna, antes les aguardaría sus bienes y libertad.

Los Moros, dicen, tuvieron esto al Duque en mucha merced y consertose entre ellos que otro día de mañana enviasen a decir de la fortaleza a el Duque y a Don Rodrigo que se les diese seguro para cinco Moros que vendrían a hablar con ellos. El seguro se les dio; y venidos Mahomad Cabá con otros cuatro Moros, dieron una carta que sospechó haberla enviado la noche antes el Duque a la fortaleza.

Decían los Moros por esta carta que puesto qu8e ellos estaban abastecidos y tenían tan bien proveída su fuerza que se podían defender algún tiempo; pero que por respeto al Duque y por haber su padre el Conde de Niebla muerto sobre esta Ciudad a todos ellos agradaba eentregar la fortaleza a sl Duque y no a otra persona.

Enojóse de esto enormemente Don Rodrigo, y respondió a los Moros; que lo que decian no era cierto porque desde que se entregó la Ciudad, la fortaleza estaba tomada y ellos mismos se la daban si el la quisiera tomar o recibir. Pidió por merced al Duque no la recibiese ni contraviniese a lo acordado entre ambos que el Conde su padre vendría esta noche a mas tardar; y pues en el esperar no había inconveniente, le rogaba hiciese lo que le pedía. 

El Duque le respondió que estaba obligado a dar cuenta al Rey del caso, y si algún inconveniente se siguiese en no tomar la fortaleza se le podían seguir algunos daños; por eso diose orden entre ellos que las banderas de ambos viniese cada uno con cien escuderos a pie, y juntas las banderas las pusiesen en la fortaleza.

Hizose así y con la del Duque vino Martin de Sepúlveda, y con la de Don Rodrigo vino Don Rodrigo su hermano. Llegados al Castillo el Duque y Don Rodrigo a caballo, un Moro de la fortaleza pidió la bandera del Duque ( creo le estaban aficionados estos Moros al Duque sin haber precibido ninguna negocicion por su parte ) mas Don Rodrigo viendo que el Moro pedía la bandera del Duque y su Alférez se la daba, echó mano a la bandera y dio un gran golpe con ella al Alférez del Duque, de lo cual el Duque se enojó y fue menester aquí en este punto todo el caudal de su prudencia; pero como dicen, por reinar todas la leyes se han de quebrar; dijole a Don Rodrigo que entrasen ambos las banderas juntas.

Entró la gente de ambos Señores y se apoderaron del Castillo y fortaleza y de todas sus torres. Subieron pocos a pocos muchos de los del Duque a la fortaleza diciendo que venían a ver y desde que se hallaron dentro doscientos de los del Duque sin los cientos más que habían entrado primero con la bandera se apoderaron de la Torre de homenaje y de las otras principales de ella.

Esto envió Don Diego a avisar luego a su hermano Don Rodrigo pidiéndole por merced le enviase a mandar lo que debía de hacer. Subió Don Rodrigo a caballo y fue a la fortaleza, y sabido de su hermano a boca todo el suceso le mandó que con su bandera y gente se bajase de la fortaleza y se fuese a su alojamiento lo cual cumplió como se lo ordenó.

De esto todos los caballeros que allí estaban tuvieron muy gran placer porque temían no sucediese de aquellos negocios tan intrincados algún grave daño como después se vio entre estos Señores. El Duque mostró pesarle por lo que Don Rodrigo había hecho en mandar salir su gente y bandera de la fortaleza y el envió a decir que se maravillaba de él y no sabía que causa le había movido a mandar salir su gente y bandera de la fortaleza; a lo cual Don Rodrigo respondió que no había para que declarar las causas pues el bien las sabía; lo cual decía Don Rodrigo sino lo viera, no lo pudiera creer, y no quiero cuando venga mi padre que halle su bandera debajo de poder ajeno ni de la gente del Duque.

Supo Don Rodrigo luego como el Conde su padre venía luego y salió a recibirlo; y aunque el Duque supo la venida del Conde y oyó sus trompetas no lo salió a recibir. Hizo relación Don Rodrigo a su padre de todo lo pasado bien por menudo.

Consejo
Después de ver el Conde alojado, y habiendocenado y alzada las mesas,  quiso tener consejo de lo que se debía de hacer en este caso del Duque y su hijo y demás sus Caballeros que allí estaban. Hubo diversos pareceres y el de Don Rodrigo fue que pues el Conde veía y entendía las cosas sucedidas y hechas por el Duque, y cuan poco amigo se había mostrado aquel día en no salirlo a recibir, era digno de cualquiera atrevimiento que contra él se hiciese, sin que se pueda reprehender, y que se podía tomar satisfacción de tantas injuria, si el conde le placía; y pues tan cerca estaba la posada del Duque se debía luego ejecutar.

Deciale Don Rodrigo a su padre; 
vos Señor, tenéis aquí mil hombre bien armados; yo tomare los quinientos  e iré a la posada del Duque y lo prenderé, o mataré; y los otros quinientos quedaran con Vra Señoría. 
A esto respondió alegremente alabándole su parecer. Dijole que el suyo no era que se efectuase aquello por entonces ni en aquel lugar donde podía suceder algo de servicio de Dios y del Rey; tiempo y ocasiones había y se ofrecerá donde tomemos entera satisfacción. 

De este parecer fueron Suezo Barquez de Moscoso (?) y Juan Alonso de Mesa y otros. Esto quedó acordado y no tuvo efecto el deseo de Don Rodrigo que era luego tomar la venganza. Otro día el Duque envió a rogar a el Conde que se viesen a caballo con cuatro o cinco Caballeros y se vienen en una plaza que estaba cerca de la posada de ambos.

El Conde le hizo así y se vieron en el lugar señalado; y el Duque se comenzó a disculpar de lo pasado. Rogaba a el Conde se diese tal medio cual convenía para la honra de ambos; decía mas el Duque que bien era cirto y lo sabía el Conde que los Moros le quisieron dar a él aquella fortaleza y no a otro respeto de haber muerto su padre en esta Ciudad; pedíale al Conde lo tuviese el también por bien y que para sus conciertos se nombrasen cuatro Caballeros, dos de cada parte, y él estaría por que estos sentenciasen .

El Conde le respondió que no había lugar lo que pedía según las cosas pasadas; pues bien sabía el Duque que si Don Rodrigo no fuera tan cortes y comedido, no le aguardara y obedeciera, ya que él hubiera tomado la fortaleza como era notorio, por lo cual lo le parecía que se podía hallar buen medio en este caso. 

Altercose por ambos con muchas replicas y respuestas y aunque se habló alto y con enojo, no hubo palabra descomedida entre ellos;  antes cada uno se fue a su posada sin haber conclusión en nada.

Otro día sin más aguardar se salieron de Gibraltar el Conde y su hijo con toda su gente y alojaronse en Guadiaro, que es un rio que está en el término de esta Ciudad. El Conde desde allí le envió a decir al Duque que ( allí le envió ) allí le aguardaba en aquel campo donde le haría conocer el error que había hecho en querer quebrar su amistad y alianza en la forma que a todos era notorio, aguardando allí el Conde tres días en el cual tiempo nadie salió de la Ciudad ni se lo respondió.

De allí de Guadiaro se partió el Conde para Sevilla y desde entonces quedaron estos Señores enemigos, y se siguieron entre ellos muchas pesadumbres ya en batalla con muertes y daños de ambos como de dice en otras historias.

Pedro de Porras Alcaide
Sabido por el Rey todo el caso envió a mandar al Duque bajo de muy graves penas que luego entregase la Ciudad de Gibraltar y su fortaleza a Pedro de Porras al cual hizo merced de la Alcaidía. Visto por el Duque el mandamiento del Rey, y sabido como había enviado persiones (?) a el Conde y a todos las ciudades de la Andalucía para que diesen favor a Pedro de Porras para tomar esta Ciudad y su fortaleza, la entregó luego.

No podemos dejar de quejarnos del historiador que escribió esto pues además de oscurecer el nombre del Alcaide primero que aquí dejo el Duque y de los Caballeros pobladores, no dijo el modo se tomó y otras particularidades del entrego y seguro de los Moros.

Diego Enrique del Castillo, coronista del Rey Don Enrique, dice que supo el Rey de la toma de esta Ciudad en su villa de Agreda. Luego como fue suya, la mandó insertar en los títulos de su Corona Real, como se ve en las Provisiones despachadas por aquel tiempo; Diole también  privilegio de franqueza cual la tiene la villa de Tarifa.


Henry the fourth of Castile   ( 1463 - decoration on a Royal Privilege document )

Privilegio de Gibraltar
Este mismo año de 1462 en Agreda día Miércoles 19 de Diciembre hizo merced el dicho Rey a Gibraltar de los términos de las Algeciras juntamente con las mismas villas; y propuso de venir a verla luego, aunque tan lejos de su Corte. Esto todo a fin de que se poblase porque la estimaba en mucho; y es cosa cierta que después que los Moros perdieron a Gibraltar, a los de Granada se les quebrantó el ánimo  y fueron luego mas fácil de vencer, porque por este Puerto les entraban gruesos socorros de la Berbería como en los privilegios  preferidos lo dice el Rey por palabras expresas y bien amplio que por no ocupar tanto papel y tiempo no va aquí la letra. 

Autos sobre el Termino de Algeciras
Estuvo aquí por Alcaide Pedro de Porras hasta la venida del Rey. Tomó posesión en nombre de Gibraltar de las Algeciras y sus términos; y con referido privilegio requirió a los pueblos de la comarca no pastasen, ni entrasen ni se aprovechasen de los términos de las dichas Algeciras y hizo ciertos actos en Jerez que están presentados en el pleito con Tarifa.

Dos Reyes en Gibraltar
Tenía gran deseo el Rey Don Enrique de ver esta Ciudad; y el año adelante de 1463 vino a él Andalucía  y a esta Ciudad. Holgase extrañamente de verla; y apareciole mas bien de lo que le habían dicho. Estaba a esta razón en Ceuta el Rey Don Alonso de Portugal que había venido allí con designio de escalar a Tánger. Sabido que estaba en Gibraltar el rey de Castilla, vino a verle; viernose aquí ambos Reyes pro Junio de este año y estuvieron ocho días en esta Ciudad en los cuales cada día iban de caza de monte, que entonces y aun ahora, estaba muy cerca de la Ciudad en la carbonera de que mucho gustaban los Reyes.

Posaron en el Castillo, y quedaron los Reyes muy amigos. El de Castilla prometió al de Portugal a su hermana la Infanta doña Isabela que después fue nuestra Reyna, sin hacer efecto este casamiento ni otros que con ella se trataron. Volviose el Rey de Portugal a Ceuta y nuestro Rey como ha sido tradición en esta Ciudad estando en la Iglesia mayor de ella Santa María la Coronada, confirmó las mercedes y privilegios que el año pasado había concedido a esta Ciudad así el de la Franqueza, como el de las Algeciras y sus términos. 

Trajo el Rey Don Enrique consigo cuando a esta Ciudad vino a Don Beltrán de la Cueva, Conde que era entonces de Ledesma y gran Privado del Rey. Por aquel tiempo a este señor le dio el Rey las Alcaidías de Jimena y Gibraltar con que le hizo señalada merced.


Beltrán de la Cueva, Count of Ledesma ( 19th century - Mariano Carbo )

El Conde dejo aquí por su teniente a Esteban de Villacreces, que era un Caballero muy estimado, cuñado del Conde casado con hermana suya. Quedó de esta vez Gibraltar muy ennoblecida por mucha gente principal que a ella se vino a vivir. Quedó también rica con los términos de la antigua Carteya que ya por estos tiempos y muchos siglos antes se decía Cartagena, y con los amplios y fértiles términos de las Algeciras con las mismas villas como hoy lo posee, excepto una buena parte que tiene usurpada la villa de Tarifa, como se  dirá.

Estando las cosas en este punto, vuelto el rey a Castilla y Esteban de Villacreces en pacifica posesión de su Alcaidía, el Duque de Medina Don Juan de Guzmán no podía sufrir, que como él decía, habiéndole costado esta Ciudad tanta sangre de sus mayores, como queda dicho y habiéndose el hallado en persona en recuperación de ella de los Moros, esta ultima vez que de ellos se ganó con las fuerzas de su estado rentas y vasallos de el, y no haber querido los Moros entregar la fortaleza a otra persona que a la suya, ahora el Rey se la quitase tan sin razón a su parecer para darla a otro Caballero que no tenía otro derecho a ella más de la privanza del Príncipe.

Por esto y por estar las cosas de Castilla  por aquellos tiempos tan alterados  y no todos los grandes Señores a la devoción y obediencia  debida a su Rey y Señor natural, no quiso perder esta ocasión;  y así acordó pues no le querían restituir esta Ciudad tomársela el. 

Primero cerco de Gibraltar por el Duque
Parta esto por Mayo del año 1464 envió mucha gente de guerra a cercar esta Ciudad. Esteban de Villacreces nuestro Alcaide estaba desapercibido y por las treguas de los Moros sin pensamiento de cerco, mayormente de Cristianos. Con todo eso, así como vido la Gente del Duque, y entendió a lo que venía , se apercibió y puso en defensa. 

Escribió luego a su cuñado Don Beltrán de la Cueva y al Rey dándole aviso del caso. El rey ni su cuñado no le acudieron con mas por las muchas turbaciones del Reino que con una carta del Rey para los vecinos de Gibraltar que acudiesen, socorriesen y se juntasen con el Alcaide y le ayudasen a defender la Ciudad y fortaleza.

Hizose así y aun antes que el Rey le escribiese, pero los moradores eran muy pocos y el sitio que se habían de guardar muy grande.  La Ciudad no estaba cercada por la parte del mediodía, como lo está hoy. Por estas y otras rezones acordaron con Esteban de Villacreces subirse al Castillo y defender la fortaleza hasta ser socorridos.

 Hallando el Duque la Ciudad sin defensa, entró dentro y se apoderó de ella luego, y sitió la fortaleza dándole cada día bravos asaltos, de los cuales valerosamente se defendía el Alcaide y su gente, antes hacían gran daño en sus enemigos; durante el cerco desde Mayo pasado hasta Febrero 1466. No puedo dejar de proseguir mi guerra contra el primero que escribió esto por contarlo con tan brevedad como aquí va y más. 

Por este tiempo llego a esta Ciudad Don Enrique de Guzmán hijo del Duque con mucha y muy lucida gente y con artillería y hizo combatir le fortaleza y derribaron gran parte de los muros t torres de ella y entraronla por fuerza. Visto esto por Esteban de Villacreces, con los suyos se recogió a la torre de la Calahorra fortísima, como se ha dicho, y con los pocos que le habían quedado de un tan largo y porfiado cerco de nueve meses con gran prudencia, valor y destreza militar, sin ser socorrido , peleando y trabajando con los cuidados que la guerra pide hasta que le vino a faltar el mantenimiento y a los suyos de le caían muertos de hambre.

Por todo este tiempo le fueron movidos a el Alcaide por parte del Duque grandes y honrados partidos, pero el ninguno quiso aceptar, ni entregar la torre, aunque veía que los suyos caían muerto de hambre delante de él y otros se descolgaban con sogas entregándose a la merced y misericordia de los cercadores; y como ya no tuviese gente con que defender la torre, y le faltase el mantenimiento de todo punto, sin ningún punto de partida entregó la torre, y así el Duque de Medina poseyó a Gibraltar y su fortaleza alto y bajo de ella por derecho de las armas.

Gibraltar del Duque
El año adelante, que fue de 1468 quiso el Duque mejorar  este derecho? por el Rey con la buena ocasión que el tiempo le ofrecía por las turbaciones del reino y necesidades que tenía el Rey de los Grandes;  el cual por sacar a el Duque de la confederación y alianza de los otros Grandes que no seguían su servicio sino la opinión y ensalzamiento del Infante Don Alonso su hermano , queriéndolo hacer Rey de Castilla y de León de los cuales títulos ya usaba, le dio a el Duque lo que ya tenía; pero ahora fue con privilegio y merced particular para tener esa ciudad por lujo de heredad perpetuamente con toda su jurisdicción y términos quedando el Duque obligado a tener cierto número de lanzas y gente de a pie en la fortaleza; y para esto le mandó el Rey librar  en Sevilla cada un año de las rentas Reales un cuento y tantos mil (?).

El Duque puso aquí por Alcaide un Caballero de Jerez llamado Pedro de Vargas que está enterrado con su mujer Teresa de Torres  en la Cartuja y monasterio de Jerez en el claustro de una capilla junta al refectorio. Por este tiempo repartió el Duque los términos de esta Ciudad a los vecinos de ella y que se venían a vivir de nuevo a ella . Hizo de esas y valdios en ella t en los de Algeciras que ya esta Ciudad poseía, como se ha dicho, y dentro de la ciudad repartió solares para casas dando a cada uno según su calidad de manera que quedaron todos contentos.

Gobierno y Política de Gibraltar por el Duque de Medina
Nombró trece Regidores y seis Jurados; repartió la Ciudad en seis collaciones dando a cada un Jurado una collación con el nombre de Jurado a cuyo cargo estaba. Hizo dos Alcaldes ordinarios y el el Alcayde que aquí tenia le servía de Corregidor; pasó este hasta el año de 1474 que nombrados Caballeros cada uno en uno de estos oficios.

Hizo escribanos públicos y del Cabildo y dispuso la Ciudad en buena gobernación tal que cuando el año 1502 los Reyes Católicos la redujeron a su Corona Real la dejaron por alguno tiempo en la misma forma de gobierno en que la tenía el Duque y no quitaron nada de las mercedes que el Duque había hecho, antes las confirmaron, sino fue las que por culpa o negligencia de los que las poseían no le pidieron ellos o su sucesores.

Gibraltar del Duque de Medina fue 37 Años 
Poseyó el Duque de Medina Sidonia y sus sucesores a Gibraltar treinta y siete años desde el de sesenta y seis que la sacó de poder de Esteban de Villacreces hasta el 1502 que los Reyes Católicos de gloriosa memoria la redujeron y avocaron a si y se la quitaron a don Enrique de Guzmán cuarto Conde de Niebla y segundo Duque de Medina Sidonia que pasó así .

Gibraltar Vuelve a la Corona Real Año de 1502 
Vistos estos Católicos y prudentísimos Reyes cuanto cumplía a su servicio que esta Ciudad tan importante a el y tan deseada de Moros y cristianos, guarda del estrecho y de las otras calidades que hemos otros, y que el Sr Rey  Don Enrique  luego como se ganó la insertó en su tiempo en los títulos de su Corona Real y que por la malicia de aquel tiempo le fue forzoso y contra de su voluntad enajenar esta Ciudad de su Señorío sin que le hubiese hecho  servicio equivalente para tan grande merced y por muchas otras razones que le movieron quitársela a el Duque como se la quitaron el dicho año de 1502 

Muerte de la Reina Doña Isabel
y luego la insertaron en los títulos de la Corona Real de sus Reinos como había andado y la Reina Católica como Señora propietaria de estos Reinos el año delante de 504 cuando el Señor fue servido de llevarla a gozar de su gloria hizo el testamento allí en Medina del Campo donde murió, y en una clausula de él dijo que era su voluntad y mandaba que por cuanto a don Enrique de Guzmán Duque de Medina Sidonia le había mandado dejar y restituir a la Corona Real la Ciudad de Gibraltar insertándola en los títulos de la Corona Real de Castilla; ahora era su última  voluntad ande siempre con ellos.


1504 - Testament of Isabel la Catolica of Castile ( 1864 - Eduardo Rosales )

Pide y exhorta a los Reyes sus sucesores tengan y retengan en sí y para la dicha ciudad de Gibraltar y no la enajenen de la dicha Corona Real de Castilla ni a ella ni a parte de ella ni su jurisdicción civil ni criminal; y así ha durado y permanecido la dicha Gibraltar en esta obediencia y señorío real por muchos siglos y años .

Muerta la Santa y Católica Reina, luego el Rey Católico y estos Reinos escribieron a el Archiduque don Felipe que estaba en Flandes y sucedía el ellos por el derecho de su legitima mujer la Princesa Doña Juana, como Señora propietaria de ellos avisándole de la muerte de la Reina Católica y pidiéndole que dejados a todos otros negocios que podían embarazar, se viniese con la Princesa a tomar posesión de estos Reinos. 

Entretanto el Rey Católico hizo jurar segunda vez a la dicha princesa Doña Juana su hija por Reina y Señora propietaria de estos Reinos juntamente con el Archiduque su marido y ya los llamaban Rey y Reina de Castilla. Vino el Rey Don Phelipe a España y entre él y su suegro hubo algunas diferencias procuradas por algunas personas  que tenían privanza con el Rey Don Phelipe y casi dejaron todos los Grandes a el Rey Católico sin acordarse de las muchas y grandes mercedes que de él habían recibido y cuan aumentados dejaba estos Reinos y cuan en su punto había dejado la justicia.

Pasaron muchas cosas en esta visita del Rey Don Phelipe y vistas con su suegro, que no son a nuestro propósito y están ya escrita por muchos. La conclusión fue el Rey Católico salió de este Reino de Castilla y se fue a el suyo de Aragón, y de allí se embarco para pasar a Nápoles por que por falsas relaciones le habían puesto grandes sospechas del Gran Capitán el mas fidelísimo vasallo que jamás Rey tuvo, ni que con tan poco dinero y tiempo ganase un Reino tan grande y fuerte y defendido por todo el poder de Francia, como el ganó para su Rey.

Sucedió esto de la venida del Rey Don Phelipe y salida del Rey Católico por el Año de 1506 en el cual fue Dios servido llevar para si al Rey Don Pelipe que murió a 29 de Octubre de este año de 1506. Luego estos reinos escribieron al Rey Católico volviese a ellos pero S.M. pasó adelante y en común dando la gobernación de ellos a su hija y a ciertas personas y a sus consejos.


Philip I of Castile ( el Hermoso )and his wife Juana (la Loca)